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La evolución de los coches a lo largo de la historia
A punto de llegar a la movilidad autónoma, la evolución del coche a la largo de la historia vive una brillante fase en el presente.
La evolución de los coches a lo largo de la historia llevó a que el automóvil no sufriera cambios radicales a lo largo de gran parte del siglo XX. Y es que desde que Mercedes-Benz introdujo su Patent-Motorwagen, en 1886, hasta la década de los años 30, llegaron al motor la mayor cantidad de innovaciones que configuraron el concepto actual de coche.
Si te fijas en la imagen de arriba, verás que aquél primer coche de la historia creado por Karl Benz y Gotlieb Daimler utiliza numerosos elementos de los antiguos carros tirados por caballos. De hecho, el neumático, los faros, la suspensión y muchos otros sistemas que emplean y emplearon los coches desde el principio, ya habían sido introducidos en calesas o berlinas que, por cierto, eran un tipo de carruaje.
Primeros intentos de hacer un coche
Otros sistemas, como la cadena de transmisión, ya se empleaban en las máquinas de vapor y, de hecho, en el XIX –e incluso antes- hubo numerosos intentos de hacer automóviles basados en esta tecnología. Pero fue a final del año 1800 cuando el motor de combustión interna se había refinado lo bastante como para ser empleado en la tracción de un coche.
A partir de ese momento, la evolución del automóvil fue imparable y muchas veces se dio para resolver cuestiones relacionadas con otros avances tecnológicos. Una de estas innovaciones fue el parabrisas, que hizo posible los viajes a las velocidades que permitían motores de potencia en aumento. Lo mismo sucedió con la mejora de los sistemas de iluminación, que al principio eran meros candiles.
El Ford T
Cuando apareció el Ford T, que costaba 825 dólares, el parabrisas era un extra que hacía que su precio aumentara 100$ más. Y no fue hasta los años 20 que se terminó de desarrollar el vidrio laminado, que permitió que los cristales que se usaban para el frontal y las ventanas no se astillaran en mil trozos con cualquier golpe y cortaran a los ocupantes. De hecho, este invento se considera que es el que más vidas ha salvado en la historia del automóvil.
Fue también en las décadas de los años 20 y 30 cuando se generalizaron las carrocerías de automóvil totalmente cerradas, que posibilitaron un nivel de confort mucho mayor y que abrieron la era de los trayectos por carretera para todo el mundo. Hasta entonces, los largos viajes habían sido coto casi exclusivo de excursionistas y aventureros.
La competición y la guerra, fuente de evolución en el automóvil
Además de la lucha comercial entre las marcas, que llegaría un poco más tarde, seguramente, lo que más ha hecho evolucionar al automóvil a lo largo de la historia ha sido la competición. Tras el parón de una década que representó la Segunda Guerra Mundial, en los años 50 empezaron a llegar coches realmente avanzados a las calles.
Ese fue el caso de avances tan decisivos como la tracción delantera –creada en 1937 por Citroën, pero generalizada en los años 50-, los neumáticos radiales –que se inventaron a finales de los 40-, los cinturones de seguridad o la suspensión independiente. También en esas dos décadas aparecieron la mayoría de los tipos de carrocería que todavía hoy dominan en el mercado.
Entre los 50 y los 60, comenzó también la aparición de los coches deportivos y algunas de sus marcas más importantes, así como la tendencia a hacer vehículos con mayores motores y potencias. La crisis del petróleo de 1973 y la escalada del precio del carburante marcó por ello otro punto de inflexión en la evolución histórica del automóvil.
Coches ahorradores y seguros
Entonces surgió la preocupación por la escasez de combustible y se fue consciente de la finitud de ese recurso. Por eso, en los 70 se volvió a apostar por los coches eléctricos y los fabricantes desarrollaron los primeros motores ahorradores. Llegó por entonces la inyección electrónica a hacer posibles grandes avances en materia de eficiencia.
El ABS también fue un invento del final de la década de los 70, así como el final del desarrollo del airbag. La electrónica fue el salto en la evolución del automóvil que hizo posibles estos avances y muchos que llegarían después.
Los años 80 marcaron el final de la era de dominio mundial de los fabricantes de EEUU, con la irrupción de las marcas japonesas y europeas como rivales en diferentes mercados y con productos netamente superiores en una cantidad creciente de nichos. Esto produjo cambios más fuertes dentro de la industria que en los propios coches.
Los 90 representaron la llegada de los sistemas de seguridad electrónicos al automóvil que, por primera vez, era capaz de proteger al conductor. En Europa, la creación del programa Euro NCAP hizo evolucionar rápidamente a los coches y su seguridad pasiva. Las marcas comenzaron un proceso de alianzas y uniones que sigue todavía hoy en día.
Desde la década de 2000, el automóvil ha evolucionado mucho más que en el siglo anterior, sobre todo porque está a punto de irrumpir la movilidad autónoma que hará del coche un verdadero automóvil.
La llegada del coche eléctrico no es, en realidad, un avance, salvo en el modelo de movilidad. Y es que, a comienzos del siglo XX, había tantos coches eléctricos como de combustión, pero se decidió apostar por este segundo sistema que las compañías petrolíferas ponían en bandeja. Cómo habría progresado el automóvil si la decisión hubiera sido otra, es una incógnita que nunca se despejará.
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