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¿Cómo sé si la amortiguación está en malas condiciones al frenar?

A la hora de circular el único punto de conexión entre la carretera y el coche son los neumáticos. Todo lo que rodea a su óptimo funcionamiento es clave para mantener la seguridad. El sistema de amortiguación es vital. Su trabajo consiste en hacer que el neumático esté en constante contacto con la carretera. Si la suspensión está en malas condiciones tendremos problemas hasta para frenar.

Unos amortiguadores en mal estado suponen un riesgo, además de provocar una pérdida de confort y un lastre en las capacidades de conducción. Por eso es importante saber cómo y cuándo cambiarlos en su momento. Un amortiguador forma parte del esquema de suspensiones de nuestro coche, y no es más que un cilindro con líquido en su interior. Su función es la de reducir los movimientos de los muelles de la suspensión, evitar el efecto rebote y limitando el movimiento longitudinal de todo el brazo de la suspensión.

 

Hay muchos síntomas que nos hacen ver claramente cuando un amortiguador está en mal estado. El más corriente y claro es el excesivo rebote del coche. Al no haber un elemento que limite la compresión y extensión de los muelles de la suspensión, éstos estarán en constante movimiento provocando rebotes de toda la carrocería. Ni que decir tiene que detectar este problema debemos acudir al taller lo más pronto posible.

 

A ese perjuicio podemos sumar otros efectos secundarios como el desgaste desigual de los neumáticos, ruidos molestos y extraños al pasar por encima de irregularidades del asfalto como baches o badenes, e incluso una carrocería completamente desnivelada si el amortiguador afecta por completo al esquema de suspensión de una rueda en concreto. Todos estos problemas son fatales y muy graves.

Cómo sé si la amortiguación está en malas condiciones al frenar?
Un amortiguador en mal estado condiciona la frenada

Un amortiguador en mal estado condiciona la frenada

 

Además de los avisos ya mencionados de una suspensión en mal estado, debemos añadir el de una frenada irregular e insegura. Cuando aplicamos fuerza en el pedal del freno las ruedas quedan sometidas a grandes fuerzas que la suspensión, en conjunto y el amortiguador en particular, se encarga de controlar. Un coche con mala suspensión reduce la efectividad de la frenada y aumenta la distancia en hasta un 35%.

 

Pongamos un ejemplo. Circulando por una vía secundaria a 90 kilómetros por hora detectamos un obstáculo. Aplicamos una frenada consistente para evitar dicho obstáculo. El freno se aplica en su empeño de reducir la velocidad, el ABS evita que la rueda se bloquee, pero la suspensión no consigue que la rueda, o ruedas, se mantenga estable haciendo que por pequeñas fracciones de segundo pierda el contacto con el asfalto. La consecuencia es un incremento en el riesgo de sufrir un accidente.

Aunque este efecto puede pasar desapercibido en frenadas ligeras o moderadas, también podemos notar otros síntomas como un desvío en la trazada, el coche se va a un lado a la hora de frenar, y también un ruido intenso e incómodo que denota que algo no funciona correctamente. Por supuesto, todos estos síntomas deben indicarnos que tenemos que acudir a nuestro taller de confianza inmediatamente, porque corremos el riesgo de que toda la suspensión colapse, aumentando el riesgo de sufrir un accidente de consideración.

¿Cómo evitar y solucionar el problema de un amortiguador en mal estado?

 

Bueno, como siempre decimos, hay que realizar una inspección periódica al coche. Cada cierto tiempo debemos revisar que ciertos componentes mecánicos se encuentran en estado óptimo. Si cuidamos la atención preventiva evitaremos problemas y a la larga ahorraremos dinero. La suspensión forma parte de esta lista. Cada cierto tiempo es aconsejable hacer una inspección visual al estado de la suspensión. El eje delantero es más fácil de analizar, basta con girar las ruedas al máximo a ambos lados para que el brazo correspondiente quede al descubierto. La suspensión trasera es más difícil de controlar, y no queda otra que echarse al suelo y revisar todo.

 

Huelga decir que un coche con la suspensión en mal estado es un coche peligroso. A la hora de pasar la ITV correspondiente es uno de los elementos que se revisan con más énfasis. De haber algún problema con el conjunto de suspensiones el coche no recibirá el certificado. Se considera como un defecto grave, uno de esos puntos que en caso de fallar son rechazados de la inspección técnica, teniendo que subsanar el problema para conseguir un certificado apto.

¿Cómo evitar y solucionar el problema de un amortiguador en mal estado?

La suspensión suele considerarse como un elemento de confort, pero además eso supone un elemento más de seguridad que merece el máximo cuidado y atención. Si detectas algo ligeramente sospechoso en la suspensión de tu coche no dudes en acudir al taller para que le echen un vistazo. Problemas de confort, aparición de ruidos molestos o problemas de frenadas son claras evidencias que el amortiguador, o alguno de los elementos de la suspensión está en mal estado. No corras riesgos, porque podemos tener un problema de seguridad y causar perjuicios mayores y más costosos.

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